domingo, 11 de mayo de 2014

Mientras espero

Sentado mientras espero en un restaurant de comida rápida, restaurant que me trae muchos recuerdos de la infancia, puedo cerrar los ojos y volver a sentirme niño, escuchar las risas, los pasos apresurados para llegar al área de juegos, el llamado de mi madre que indicaba que ya la comida estaba en la mesa; puedo recordar y sentir de nuevo cada uno de esos momentos, es una sensación hermosa. El simple hecho de contar con la memoria es uno de los regalos más grandes que podemos tener.
Ahora al abrir los ojos vuelvo a la realidad, puedo ver cinco mesas llenas pero solo dos de ellas me llaman la atención. Una de las mesas está ocupada por una familia conformada por cinco miembros; papá, mamá y tres niños, es exactamente la misma conformación de mi familia, quizás este es el motivo que hace que mi atención se fije en ellos.

La segunda mesa es completamente diferente, son varios jóvenes, todos a mi parecer estudiantes universitarios. Están esperando mientras entablan conversaciones muy joviales. Tras pasar unos minutos, todos ellos se levantan y se marchan, al parecer llegó la persona que esperaban.

Mientras tanto, sigo sentado, esperando la llegada de mi padre que viene a buscarme para ir a casa luego de un típico miércoles de universidad. Vuelvo a fijarme en las mesas y ahora todas están vacías, las pocas personas en el lugar se encuentran ordenando su comida. Recibí una llamada entrante en mi celular y tras enredarme con el manos libres, pude contestar. Mi padre ya se encontraba afuera, ya era hora de marcharme. Justo ahora escribo en el asiento del copiloto, dándole utilidad al cuaderno de informática.
El verdadero motivo por el que comencé a escribir hace unos minutos, fue un hecho particular que me tocó el corazón y llegó a darme allí, justo en el extremo donde se aloja la sensibilidad, haciendo que esta aflore completamente. Mientras estaba en el restaurant, pude observar a un hombre que servicialmente ayudaba a los comensales llevándoles los envases con salsa de tomate y servilletas. Me pareció un hecho curioso, pues no sabía si era un empleado o una persona más en el restaurant; tras observarlo por unos minutos, pude percatarme que poseía algunas dificultades para hablar y pronunciar palabras, así como también para caminar con su pierna derecha. Fue entonces cuando me di cuenta que este hombre, que rondaba entre los 23 y 28 años (en apariencia) tenía alguna discapacidad motriz.

Luego de repasar y analizar todo lo que veía, fue imposible no soltar una pequeña lagrima que rápidamente sequé con mi mano. Aquel hombre que había atendido a esas personas no era un empleado, tampoco lo hacía para pedir dinero, lo hacía por satisfacción, se podía notar al ver como sonreía al ver a todos, se podía notar que era feliz ayudando, colocando su granito de arena. Uno de esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

Es aquí cuando se me fracturó el alma y me pregunto ¿Por qué no somos como él? Que a pesar de las dificultades, está allí afrontando la vida con una sonrisa, ayudando a su prójimo, contribuyendo para un mundo mejor. ¿Por qué a veces somos tan egoístas y no miramos más allá de nuestras narices? ¿Por qué nos echamos a morir por cosas que podemos solucionar? ¿Por qué no valoramos lo que tenemos? ¿Por qué no nos valoramos a nosotros mismos? Al parecer somos ciegos, sordos y mudos. Nos aferramos a nuestro colchón de protección y a nuestra burbuja de egoísmo; no valoramos el hecho de que estamos vivos, de que estamos sanos, de que tenemos una familia.


Lo que más me afecta y me parte el corazón es el hecho de no conocer si aquel hombre tendrá una familia, no sé si tendrá un lugar donde dormir, si lo tratan bien o si pueda comer. Ahora mientras estoy sentado en el escritorio de mi casa, ya se me hace imposible contener algunas lágrimas que quieren salir, pues hoy ha sido un día cargado de muchas emociones y sin duda, mi deseo esta noche será que ese hombre tan amable se encuentre bien y que alguna luz llegue a toda la humanidad, una luz que nos llene de fuerzas para seguir y nos ayude a encontrar nuestra manera de contribuir al mundo. 

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