No estoy seguro si en el resto de
países de Latinoamérica y el mundo las cosas sean así, no puedo opinar sobre lo
que no conozco, por lo tanto me limitare a hablar de mi Venezuela…
Mi Venezuela… Mi Venezuela, me
duele tanto verte sangrar, me duele ver cómo te consume el egoísmo, me duele
ver lo extremista que llegan a ser algunos, pero me duele más la doble moral
que abunda en estos días, cuyo único fruto ha sido la decadencia social en la
que vivimos.
Veo como día a día las personas
se enfocan más en los aspectos que nos dividen en vez de mirar y cosechar
aquellos que nos unen. No todos pensamos igual, pero esto es lo que le da
sentido a la vida, somos diferentes pero aun así existen muchas cosas que nos unen, somos
blancos, negros, trigueños, albinos, amarillos, azules, rojos, grises, altos,
medianos, bajos, gordos, flacos, pero todos somos Venezolanos y estoy seguro
que la gran mayoría de extranjeros que viven en nuestro país también se sienten
Venezolanos, inclusive hasta más que algunos criollitos. Es increíble, yo he
visto mas de un Venezolano menospreciar esta tierra y a más de un extranjero
amarla, a más de un Venezolano abuchear a la vinotinto e idolatrar otras
selecciones y a más de un asiático gritar y saltar de emoción con un gol de
Arango e inclusive llorar por las derrotas.
¿Acaso no sabemos apreciar lo que
tenemos? O ¿Solo sabemos criticar y resaltar lo malo?
Algo que de verdad es increíble es
que muchos dicen que las cosas no alcanzan, que los precios están altos, que no
hay dinero, pero milagrosamente nunca faltan las cervezas los viernes, nunca
faltan las rumbas o las salidas a la playa los fines de semana. No hay para lo
que realmente necesitamos ¿Pero si hay para pagar los vicios?
Por otra parte me alegra un poco
saber que como yo también hay muchos jóvenes conscientes, que estamos
dispuestos a crear conciencia, que queremos un país mejor, una sociedad mejor.
La decadencia social no se combate con armas se combate creando conciencia y creando oportunidades, esta es mi manera de luchar, con un bolígrafo y papel.
La decadencia social no se combate con armas se combate creando conciencia y creando oportunidades, esta es mi manera de luchar, con un bolígrafo y papel.
Basta ya de ignorancia, basta ya
de divisiones, basta ya de política, basta ya de religión, basta ya de
violencia.
Luchemos por una Venezuela con más
arte, con más deporte, con más tolerancia y con más respeto. Construyamos una
Venezuela mejor, un mundo mejor.
¡Tú también puedes crear conciencia!
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